Fotos de recién nacido en Madrid, ternura al máximo
La llegada a la familia de una nueva vida es una de las mejores experiencias vividas, tanto para mamás y papás primerizos, como para los que ya lo han sido. La fotografía de recién nacido, dentro de la complicación que puede conllevar ya que el bebé es una caja de sorpresas, es una de las más gratificantes para nuestro equipo de fotógrafos.
Desde Onsurbe Fotografía recomendamos hacer la sesión de fotos de recién nacido dentro del primer mes de vida del bebé, ya que aún está aletargado y pasa más tiempo dormido y la manipulación para las fotografías resulta más fácil sin que él apenas lo note.
Fotos de Recién Nacidos en Madrid
Capturar la magia de los primeros días de vida (de 10 a 15 días) es una premisa principal en nuestro trabajo para gratificar a los padres con un recuerdo que perdurará en las imágenes captadas, ya que, sin darse cuenta, el bebé deja de serlo en un corto período de tiempo. En este sentido, es una lástima perder la imagen de cómo una cosita tan pequeñita puede llegar a desprender tanto amor en sus progenitores.
Las sesiones normalmente se realizan en el domicilio del bebé para causarle los menos trastornos posibles tanto a él como a los papás, y que así, puedan tener a mano todo para los posibles ‘incidentes’ que se puedan ocasionar.
En la sesión de fotografías de recién nacido está incluido el atrezzo por parte de Onsurbe Fotografía, un variado repertorio de estilismos y divertida ropita, especialmente confeccionada para su delicada piel, que harán las delicias de nuestras cámaras. También contamos con elementos para acoger a estas pequeñas personitas como maletas, bañeras, cestas, mantitas, etc.
Fotografía infantil en Madrid, siguen los recuerdos
De recién nacido pasamos a bebé, cuando los peques de la casa empiezan a interactuar con el entorno sus sonrisas intencionadas, gateos, cuando ya se sostienen solos también merecen ser plasmadas en imágenes.
Lo más recomendable es hacer la sesión de fotografía de bebés a partir de los 4 o 5 meses para que la conexión con la cámara sea más espontánea y por su puesto con la compañía de sus papás y de otros hermanitos, si los tiene, para capturar el conjunto familiar.
Después el bebé ya se convierte en niño, y actúan casi como modelos en nuestras sesiones de fotografía infantil, ofreciendo más posibilidades de posturas y acciones para satisfacer a nuestras cámaras, que se convierten en un juego para ellos. De este modo, podemos capturar momentos naturales lejos de posturas forzadas sin que perciban apenas nuestras cámaras para captarlos en su plena esencia.